Las plataformas de streaming vs. la tradición del cine

En 1997 Reed Hastings, un graduado de la Universidad de Stanford, decidió alquilar la película 'Apollo 13' en un establecimiento de la cadena Blockbuster que ofrecía un amplio repertorio de material audiovisual por tiempo limitado. Unos cuantos días de atraso tuvieron como consecuencia una multa de $40 dólares, hecho que lo motivaría a fundar la plataforma de streaming más popular en la actualidad conocida como 'Netflix'.

En 1994 Jeff Bezos, un graduado de Princeton en ingeniería e informática, se mudaría a Seattle tras abandonar su trabajo en Wall Street para fundar la empresa valorada en millones llamada 'Amazon', que es sus inicios funcionó como una librería virtual hasta transformarse en una plataforma líder de envíos con servicios adicionales de streaming.

El lanzamiento y la potencialización de sus plataformas ha tenido un impacto en diferentes ámbitos de la actualidad como lo sería la forma en que compramos y hacemos uso de un sinnúmero de servicios. La accesibilidad, vialidad y facilidad que estas ofrecen han transformado la interacción y conexión humana por completo. 

Una industria que ha evolucionado gracias a dichas plataformas ha sido la cinematográfica. Cuando se quiere ver una película lo primero que muchos piensan al instante es si estará disponible en Netflix, Amazon Prime Video u otro servicio de streaming. El cine se ha trasladado a nuevas áreas y formatos que muestran una evolución tanto de los medios, en el material que se produce y cómo se consume.

La evolución del cine en general 

Ciertamente el cine no es un medio estático. Comenzó en Francia en 1895 con una simple proyección de obreros saliendo de la fábrica por parte de los hermanos Lumiere, y ha llegado a horizontes extraordinarios donde las innovaciones y logros cinematográficos son continuos, lo que se ejemplifica en películas como 'Birdman', 'Avatar', 'Matrix', 'Toy Story' y la reciente plano secuencia '1917'.

En cada década se han implementado nuevos métodos y técnicas tanto narrativas como visuales, y el factor vital para la evolución cinematográfica siempre ha sido el de la tecnología. Entre más se mejora y optimiza, más se expande y se exploran las posibilidades de contar historias como nunca antes, lo que se evidencia en la transición del kinetoscopio, a las cámaras de 35, 16 y 8mm, hasta a las 4K digitales.

Sin embargo, no sólo se trata de formas de preproducción, producción y posproducción, si no también de consumo. Desde los años 2000, tras la introducción de cámaras digitales al mercado, se dio una expansión digital que lentamente empezó a desplazar los procesos análogos y el hábito tradicional de ir al cine. Los centros de video y las televisoras fueron precursores a la llegada del streaming como lo conocemos hoy en día.

"El cine en general va cambiando constantemente y la forma de visualizarlo también. Creo que son opciones que se crean y el espectador puede elegir lo que le convenga. Si bien ir y disfrutar en una pantalla de cine con la mejor tecnología o verlo desde la comodidad de su casa o de su celular, pero perdiendo calidad." comentó Luntien Ching en entrevista, Productor y postproductor audiovisual de Ecuador.

Una situación que el cine tradicional está enfrentando es la lucha en contra del streaming, cuya popularidad y presencia ha confrontado la tradición directamente, además de que lo ha ido superando. Mientras que las salas de cine mantienen intactas las pautas que se han manejado desde inicios del siglo XX, el streaming se ha incursionado a nuevas direcciones que lo han llevado al auge comercial y al éxito.

La asistencia a las salas de cine

Una de las razones que han hecho a los servicios de streaming más atractivos que las salas es el precio. Ir al cine es una actividad que a los mexicanos les gusta, puesto a que es la opción que promete mayor calidad y una mejor experiencia sensorial en general, pero la cantidad de asistentes ha ido menguando por el gasto que les representa.

Una encuesta realizada a 800 participantes por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) en 2013 reveló en que en México un 71% de la población iba al cine, del cual el 12.6% asistía una o dos veces por semana, un 32.1% al mes, otro 28.2% contadas veces por año y un 26.1% ni siquiera va al cine. Las razones por la cuales no acuden son la falta de tiempo (20.7%), los altos precios (16.4%) y porque prefieren verlas en casa (11%). 

Sin embargo, a pesar de que existe un gusto notorio, las audiencias han recurrido con mayor frecuencia al streaming en los últimos años. En 2015, la GCE realizó otro sondeo en el cual la cifra de aquellos que prefieren ver películas en casa subió a un 64.8%, mientras que los que prefieren asistir a las salas bajó a un 29.9%. Estos porcentajes seguirán fluctuando a medida que el streaming toma más fuerza.

El dinero como principio del entretenimiento

Varias personas han dejado de ir al cine al ser considerado un lujo, ya que por persona se gastan entre 50 y 100 pesos, mientras que por familia el gasto puede llegar hasta los 500 pesos, costo que podría aumentar si es que se consumen productos de dulcería, apuntó un informe de López Dóriga realizado en 2016.

El precio en las sucursales puede incluso variar dependiendo de la zona en donde se encuentre. Salas como Cinemex y Cinépolis han intentado volverlo más accesible mediante promociones, cupones y tarjetas especiales de cliente frecuente, sin embargo, ello no ha podido aminorar la migración de sus audiencias al streaming.

"Tal vez pudieran hacerlo más económico, pero puede salir contradictorio, porque al momento de hacerlo más barato, puede que piensen que es de mala calidad" comentó en entrevista Alejandra Carreño Perea al respecto, Licenciada en comunicación y medios digitales por el Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro

Uno de los atractivos de estas plataformas es precisamente el rango de precios disponible. Netflix ofrece paquetes que van de los 109 a los 199 pesos mensuales, y Amazon Prime Video cuesta 99 pesos al mes, precio que puede subir dependiendo de si al plan se le añaden canales extras como HBO, MGM, Starz Play, Paramount, entre otros. También cuenta con un plan anual que reduce 75 pesos mensuales.

El Instituto Federal de Comunicaciones publicó en 2017 los resultados de la encuesta titulada 'Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales', donde se incluyen hábitos de consumo de cine en México, y un 30% de las personas que utilizan el internet para ver contenidos audiovisuales están suscritos a plataformas de streaming. El teléfono es para un 78% el dispositivo por el cual acceden a ellas.

Luntien considera que la estrategia competitiva que podría funcionarle a los cines tradicionales es la innovación de salas especializadas: "Han sacado salas con tecnología y servicios muy buenos. Algo que también tienen es la premiere de varias películas, mismas que deben competir contra el contenido original de los servicios de streaming".

Recientemente Cinépolis hizo disponible en la sucursal Antenas de la Ciudad de México la sala 'Screening X', la cual tiene pantallas laterales para que la audiencia disfrute con visión de 270º una experiencia totalmente nueva. Esta característica es única de las salas de cine, lo que significa una buena oportunidad que puede explotarse como ventaja, puesto a que el streaming aún se ve limitado a dispositivos electrónicos.

La producción, el consumo, la distribución y la competencia

El catálogo de Netflix estaba repleto de títulos de distribuidoras externas, pero al notar que su audiencia crecía rápidamente, decidió producir contenido propio. Desde el estreno de su primera serie original 'House of cards' en 2013 ha hecho más de 50 películas, documentales y series inéditas. Cifras oficiales de Netflix del 2015 revelaron que había estrenado un total de 450 horas de programación original.

Ya no solo compite contra otras plataformas de streaming, si no también con cadenas líderes de televisión de paga como HBO, lo que se debe a que Netflix pretende ser el número uno globalmente como productor y creador. Su crecimiento ha sido tan rápido que ni siquiera Amazon Prime lo ha igualado, pues su catálogo, a diferencia del de Netflix, es más limitado y su compatibilidad en dispositivos electrónicos es reducida.

Sus producciones han tenido una recepción positiva y la crítica especializada considera que son de alto nivel. Tan sólo en 2019 Amazon ganó un total de 15 premios Emmy por las series 'Fleabag' y 'La maravillosa Sr. Maisel'. Netflix fue de los más nominados en los Golden Globe 2020 y en la edición 97º de la Academia por películas como 'The Irishman', 'Marriage Story', 'The two popes', 'I Lost My Body' y 'Klaus'.

El contenido original y su exclusividad ha sido la clave para ganar suscriptores. En 2016 Reed Hastings, presidente ejecutivo de Netflix, compartió que habían llegado a los 81.5 millones de suscriptores, lo que logró que sus acciones produjera una ganancia de 36 millones de dólares para sus inversionistas, haciendo que el streaming gane ventaja. 

Fricciones con la tradición

En 2017 Cannes le pidió a Netflix que estrenara 'Okja' y 'The Meyerowitz Stories', cintas que se proyectaron durante el festival, en salas de cine francesas. El estudio no accedió y permitió su exhibición en pantallas únicamente para el evento. Como respuesta, en 2018 el festival condicionó su participación estipulando que no presentaría material que no se hubiera estrenado previamente en salas de cine.

Esta situación inició una confrontación pública que tenía como cuestión los métodos tradicionales de exhibición y las nuevas formas del consumo, ya que la primera busca la comercialización de la industria para lograr un alcance mayor de las producciones, mientras que en la segunda el contenido se privatiza bajo un sello de exclusividad.

Directores puristas como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Christopher Nolan y Pedro Almodóvar han defendido lo que la tradición representa para ellos y sus semejantes, argumentando que películas hechas para la televisión no son en realidad dignas para competir con otro tipo de contenidos filmados para la gran pantalla puesto a que el cine tradicional ofrece una experiencia que el streaming no puede replicar con su formato.

"Estas plataformas no deberían tomar el lugar de formas existentes como las salas de cine. No deberían cambiar, bajo ninguna circunstancia, la oferta para los espectadores. Yo personalmente no percibo que la Palma de Oro debería ser otorgada a un filme que después no se verá en la pantalla grande." comentó Almodóvar durante una rueda de prensa en la 70 edición del Festival de Cannes cuando se le preguntó al respecto. 

El streaming ha encontrado la forma de expandirse a través de la producción de éxitos equivalentes a los que se proyectan en salas de cine manteniendo una accesibilidad limitada a sus plataformas. El cine tradicional está en desacuerdo con tal injerencia, pero Netflix y Amazon tienen la libertad corporativa de decidir sobre la distribución de sus películas puesto a que ello está sujeto al juego libre de mercado.

Netflix publicó en enero de este año un reporte de crecimiento el cual reveló que tan sólo en el último trimestre del 2019 ganó 8.8 millones de suscriptores, llevándolo a alcanzar 167 millones globalmente. Jeff Bezos, director general de Amazon, compartió que Amazon había llegado a los 150 millones de suscriptores en 2019.

Netflix y Amazon no pretenden ceder a las exigencias del cine tradicional aunque ello implique que parte de la industria se niegue a colaborar con ellos. Han dibujado un nuevo horizonte en el que el escenario común de las películas han dejado de ser por naturaleza las salas de cine. Con buenos prospectos y expectativas, mantendrán su producción y distribución mientras sigan creciendo sus audiencias e ingresos.

El arte de consumir arte

Netflix había permitido que sólo un par de cines en Los Ángeles proyectaran sus cintas selectas para cubrir un requisito de la Academia el cual estipula que si una película desea competir por el Oscar, deberá estar por lo menos una semana en la cartelera de esta ciudad sin importar cuánto éxito tuvo en otros países. Pero la excepción llegó en 2018 con el estreno de la película 'Roma' de Alfonso Cuarón.

Desde que anunció el proyecto su público se mostró ansioso generó grandes expectativas que en el Festival Internacional de Venecia se le otorgara el León de Oro, el máximo galardón del evento. Cuarón expresó al estudio su deseo de que se proyectara en salas de cine y Netflix accedió. El permiso le fue concedido a más de 40 salas alternativas en México, pero Cinemex y Cinépolis no fueron parte de ello.

Matt Bodlie, director de adquisiciones de Netflix, emitió un comunicado posterior a su estreno expresando sus ansias por la participación de ambos cines comerciales en la proyección, sin embargo, después de que Cuarón publicara en Twitter la lista de cines participantes, Cinépolis realizó un comunicado en el que le solicitaban a Netflix que pospusiera el estreno 8 días para respetar la ventana tradicional de exhibición.

La ventana de exhibición hace referencia a un periodo de 90 días que tiene que transcurrir después de que una cinta haya sido estrenada antes hacerla disponible en otras plataformas y canales, mientras tanto su accesibilidad está limitada a las salas. Esta fricción es un ejemplo de la línea divisoria que existe entre estas dos industrias.

La nueva oportunidad para los creadores independientes

La industria del cine se ha caracterizado por ser muy competitiva. A pesar de que por año se estrenan muchas cintas, hay escasez de oportunidad para miles de personas que buscan vender sus ideas, las cuales suelen no ser elegidas por no cumplir con factores clave que para los estudios son garantías de éxito como el empleamiento de clichés o fórmulas de Hollywood que apelen a lo más popular, simple o genérico.

La GCE señaló en el mismo reporte del 2013 que las películas con más audiencia son las de acción, preferidas en un 31.9% por los encuestados, seguidas por las comedias con 18.8% y las de terror con 6.5%. Los géneros alternativos, de arte y experimentales no obtienen ni por mucho la atención de las personas. Tan sólo en Querétaro sólo hay un par de salas comerciales que proyectan cine de esta índole por muy poco tiempo.

El streaming ha visto muy oportuna esta circunstancia y se ha arriesgado a sacar adelante proyectos que habían sido previamente rechazados, teniendo la libertad de realizar películas más ambiciosas. Para mantener una constancia de producción, ha aceptado propuestas que divergen en una gama de géneros que van de lo común hasta lo experimental, creando una lista de títulos que han tenido buen recibimiento.

Un ejemplo reciente fue la última entrega del director Martin Scorsese, 'The Irishman', proyecto que fue abandonado constantemente durante 10 años por diversas productoras al requerir de una inversión riesgosa y por ser visto como un concepto no tan atractivo. Fue hasta que Ted Sarandos, el CEO de Netflix, decidió brindarle un presupuesto de aproximadamente 160 millones de dólares que pudo realizarse.

Amazon Prime de igual manera ha producido películas de tópicos que no suelen atraer grandes audiencias por no manejar narrativas comunes. Comenzó incluso antes que Netflix y ha estrenado películas dirigidas por artistas de renombre como Spike Jonze, Jim Jarmusch y Richard Linklater, quienes son atraídos porque se les da la libertad creativa.

Por otro lado, le han dado mayor visibilidad a cine independiente y de arte, proporcionándole oportunidades de mercado que solían ser escasas en un pasado. El asociado y productor del festival de Sundance Joseph Beyer comentó en una entrevista de 'El País' que Netflix ha hecho que más personas vean cine de esta índole gracias a que le ha dedicado un espacio en su catálogo. 

"Quiero pensar o creer que el streaming sí le da espacio a cine experimental y alternativo, otro tipo de cine no tan popular en salas tradicionales. ¿Por qué? Porque las salas tradicionales van a buscar películas que le gusten al pueblo" comentó Alejandra al respecto en entrevista. En respuesta a la falta de este tipo de contenido, han surgido salas de cine alternativas que distribuyen cine independiente en todo México. 

Una forma de coexistir

Estas plataformas están nutriendo y expandiendo el cine con distintos recursos y métodos que han permitido la fluidez de su mercado y la satisfacción de sus audiencias a través de innovaciones consecuentes a sus apuestas creativas. La tecnología se ha vuelto el medio que lo alimenta dentro de sus posibilidades y lo encamina a la prosperidad creativa. El streaming está para quedarse.

El cine tradicional se ha sentido amenazado por su crecimiento y es por ello que ha intentado defender los sistemas tradicionales en los que se basa con tanto empeño estos últimos años. Esto como desventaja ha provocado que la calidad de sus producciones haya disminuido, pues la norma los ha mantenido unidos al cliché Hollywoodense, el cual es utilizado constantemente por ser rentable para los mercados masivos de cine. Las películas ya no son como tal experiencias, son eventos.

También se han refugiado en los remakes, reboots y extensiones de franquicias populares, mientras que Netflix y Amazon le han dado un lugar a la diversidad de contenido porque apuestan no sólo a la taquilla, si no también a aspectos narrativos y técnicos. La tradición se ha vuelto un bucle que apunta a las ganancias como objeto principal, pero ello no implica que las salas de cine sean reemplazadas del todo, pues la experiencia de la gran pantalla implica gran romanticismo para muchos.

El streaming ha ganado una notable ventaja en aspectos que van desde lo económico, hasta lo creativo, situación que evidentemente ha tenido un impacto negativo en los procesos tradicionales. Sin embargo, son sus diferencias las que han segmentado públicos, creando así lo más adecuado según el gusto y la necesidad del público.

Mientras que hay personas que recurren al streaming porque les resulta el medio más conveniente por comodidad, tiempo, dinero y rapidez, habrá en contraparte otras que continúen yendo a las salas de cine por lo que ello les representa. Habrá un punto medio donde las personas acudan a estos dos medios de la misma forma, porque después de todo, comparten el mismo deseo por ver, descubrir y experimentar.