I'm thinking of ending things: crítica (sin spoilers)

06.09.2020

Director: Charlie Kaufman

Fecha de estreno: 4 de septiembre del 2020

Género: Drama, Thriller

Duración: 2hr, 14 min


Charlie Kaufman es uno de los guionistas más excéntricos que hay actualmente en la industria, y con excéntrico me refiero a que le gusta despojarse de lo convencional para trabajar la mente humana y su perspectiva desde lo abstracto con tal de elaborar en pensamientos extraños, pero comunes que luego nos acechan. Ha realizado excelentes trabajos como director, siendo estos 'Synecdoche, New York' (2008) y 'Anomalisa' (2015). También se ha destacado como un brillante guionista en la amada por muchos 'Eternal sunshine of a spotless mind' (2004), 'Being John Malkovich' (1999), y 'Adaptation' (2002). Sin embargo, a pesar de que ha demostrado ser un genio a su manera, todavía le cuesta conseguir financiamiento para sus proyectos.

Por suerte, este 2020 Netflix le dio una oportunidad al producir y estrenar dentro de su plataforma a inicios de este mes 'I'm thinking of ending things', basada en la novela homónima del 2016 escrita por Iain Reid. Con un elenco liderado por Jessie Buckley, Jesse Plemons, Toni Collette y David Thewlis, la película trata de una joven que acompaña a su novio Jake a la granja de sus padres para conocerlos.

Desde el inicio se nos deja claro cuál será el tono de la película. Contemplativo, pero a su vez extraño e incómodo. Todo lo que se ve aparenta ser normal, sin embargo, es fácil presentir que a duras penas es capaz de ocultar su verdadera naturaleza que yace en lo sombrío. No es una película para todos. Es demandante, densa y pesada. Las dos horas se sienten como el triple y fácilmente aturde. No es ideal para hacernos olvidar nuestras responsabilidades un rato, pues busca atormentarnos. Kaufman se ha caracterizado por ser incisivo en la psique de sus protagonistas y de la audiencia. Por un momento pensé en leer el libro para estar en sintonía con el mensaje de la historia, pero tal parece que Kaufman ha vuelto a hacer de la suyas despojándose de la fidelidad en la adaptación para introducir sus propias angustias. La primera vez que lo hizo fue en 'Adaptation', su adaptación de la novela 'El ladrón de orquídeas', la cual hizo tan personal que hasta el protagonista lleva su nombre. A pesar de ello, quienes han leído la novela aseguran que sí es útil para dar cierre a unos cuantos hilos narrativos que no se aclaran, así que es muy probable que en algún momento del futuro sí lo lea. 

'I'm thinking of ending things' es una narrativa que tiene un compás lento, pero apremiante que se asimila a un olla repleta de agua en constante ebullición. La tensión no cede y sólo escala, pero jamás se distingue un límite; es interminable. La forma en que mantiene esta dinámica a lo largo de toda la película es el uso del tiempo y el espacio, mismos que Kaufman estira o apretuja a sus anchas. Nos hace acompañar a los protagonistas en largos viajes en auto sin darnos la oportunidad de respirar al atraparnos con ellos y sus desvaríos. La granja tampoco es un espacio acogedor. Nos produce la misma sensación de cavilo. La secuencias son extensas y los movimientos de cámara poco naturales. Los personajes de igual forma obedecen a lo extraño, pues son inquietos y se expresan con una teatralidad inusual. La única que podría decirse que actúa normal es la joven, aunque en ocasiones también cede la rareza que la rodea. Todos los actores hacen un excelente trabajo y podría detenerme en la peculiaridad de cada uno, pero me tomaría demasiado. De querer escapar los escenarios ya mencionados, sólo hallamos a donde quiera que miremos un vacío repleto de nieve. La sensación en general se me ocurre describirla como usar un suéter de lana grueso que nos queda entallado y nos pica el cuerpo sin parar.

Nuestro buque para navegar la trama son los pensamientos de la joven, quien resuena en el conflicto de no saber si debería terminar su relación con Jake, a quien lleva conociendo por poco tiempo. Sus reflexiones rebotan constantemente y le insisten tanto que sus pensamientos escapan de su mente hacia la realidad a tal grado que Jake pareciera oírlos. Kaufman ilustra la mente de su protagonista como un laberinto, de forma metafórica y literal. Se asimila a una casa de espejos donde se encuentra con su reflejo una y otra vez, sin saber si finalmente la contemplación del mismo la dejará pasar al siguiente pasillo o la hará chocar de nuevo, siendo esto una constante desilusión para ella. Sus ideas se presentan como monólogos largos que a veces encuentran la certeza, aunque la mayor parte terminan siendo un amasijo de contradicciones que revuelven telarañas mentales. Lo que me llamó la atención de ellos fue lo poéticos que son. Sus ideas ahondan en aspectos líricos, pero también oscuros al tener un carácter existencialista. Con todo esto mencionado es poco decir que el guión es fantástico. El diálogo y su fluidez son eficientes para lo que pretende esta historia, tanto así que producen el efecto contrario de ser tediosos e insisto, incómodos. Aunque es mejor sentirse un poco perturbado que experimentar los silencios que hay entre diálogos, ya que estos son peores.

Está plagado de referencias literarias, cinematográficas, científicas y de teatro. Se menciona a David Foster Wallace, Oscar Wilde, William Wordsworth, Guy Debord, Pauline Kael, se habla de biología, del sentido de la vida y también elaboran en 'A woman under the influence' de John Cassevetes, entre muchas otras cosas. Si te consideras un erudito, como lo son nuestros protagonistas, te encantará e incluso encontrarás más referencias que resonaron con Kaufman.

Trata muchos temas, y mi preferido fue su cuestionamiento hacia el tiempo. ¿Deberíamos temerle?, ¿que es sino el orden de nuestra vida alineada en un presente, pasado y futuro? es ineludible y universal. Lo plantean como un tren con un sólo destino; la muerte. Todo es efímero, hasta los tormentos y las propias ideas que los originaron. El tiempo es cambiante y la vejez humana es una marea que nos alcanza a todos sin importar quiénes somos, qué hemos hecho y sobre todo, qué no hemos hecho. Pero aún así no conseguimos llegar a un acuerdo de paz con nuestra cabeza. 

"People like to think of themselves as points moving through time. But i think it's the opposite. We are stationary, and time passes through us like cold wind."

Otros temas que surgen son el de la soledad, la ideas como copias exhaustivas de lo que nos rodea, el miedo a la realidad, el sentimiento de asfixia, e incluso la dualidad mental, siendo esta una discusión constante entre una parte racional que insta a no creer en algunas cosas, mientras que una parte más sensible quiere confiar en sus sentidos y fantasear.

'I'm thinking of ending things' es un relato que nos arroja al abismo con fuerzas hipnóticas. Construye una hiperrealidad demasiado realista, por muy paradójico que suene, aunque en las narrativas de Kaufman todo es así. Después de todo, cada película que hace es una mirada directa al interior de su cabeza (y vaya, cuánto desorden y locura hay ahí dentro). Si te gusta darle vueltas a las cosas una y otra vez, esta película te servirá como fuente para tener más rollos mentales con los que lidiar. Las actuaciones, la producción y la dirección fueron ejecutados de forma tal que te envuelve en ansiedad ajena que pronto desconocerá la línea entre la mente de su protagonista y la tuya; pronto serás tú quien piense en el final.


Calificación: 9


© 2020 Rebeca Labastida, México.
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