Feels good man: crítica

26.09.2020

Director: Arthur Jones

Fecha de estreno: 28 de agosto (USA)

Género: Documental, comedia

Duración: 1hr, 32 min


Ojos saltones, labios rojos y una expresión particular. Todos sabemos quién es Pepe la rana, uno de los memes más populares y antiguos del internet, sin embargo, muy pocos saben cuál fue su origen. La enigmática rana humanoide en un inicio había sido creada en los 90's por el artista Matt Furie para un videojuego llamado 'Playtime', y luego sería utilizado como el protagonista de su comic 'Boy's club', en el cual Furie retrataba anécdotas divertidas que le sucedían con amigos. Después de escanear el primer cómic y subirlo a MySpace, Pepe saltaría a la fama. Por un momento fue una referencia divertida con la que era fácil identificarse, pero Furie no se imaginaba que de ser un meme inofensivo pasaría a convertirse en la imagen de la extrema derecha en Estados Unidos y por ende, en un símbolo antisemita, neonazi, racista, islamofóbico, y de odio en general. ¿Cómo fue que sucedió esto?

Ganadora del premio especial por parte del jurado en Sundance 2020, "Feels good man", el primer documental del director Arthur Jones, nos da un recorrido por la vida de Pepe con la ayuda de su creador. Desde su nacimiento hasta el presente, se nos muestra cómo la imagen de esta rana inicialmente inofensiva terminó siendo apropiada por un sector del internet y las terribles consecuencias que esto le trajo a Furie. Se trata de una increíble fábula que nos lleva por el tortuoso camino que experimentó él y su creación, que en pocas palabras se trató de una odisea. 

"Feels good man" es quizás uno de los mejores documentales que he visto en un largo tiempo. Fue una gran sorpresa cuando me enteré que se había hecho un documental dedicado a la historia de un meme y fue aún más asombroso ver de qué trataba en sí. Utiliza una narrativa que nos permite entonar con la forma en que la situación escaló, pasando de ser algo divertido a algo sumamente horrible. No sé si es apropiado llamarle una comedia, pero Jones no desaprovecha este factor para aligerar un poco lo que nos presenta. Además, Matt Furie es un artista cuya personalidad, aunque algo peculiar (es un gran nerd), es tan tranquila y positiva que es difícil como espectador no reírnos cuando él lo hace, pero sobre todo, nos hace susceptibles a experimentar sus decepciones, tristezas y enojos en la misma medida. Logra mantenernos pendientes en todo momento y hace que nos duela el trastorno que sufre la imagen de Pepe. Eso es lo curioso. No sólo hace que empaticemos con Furie, si no también con Pepe. Gran parte del tiempo me sentí triste por lo que le pasaba, y aunque suene ridículo, tiene bastante sentido, pues el documental está estructurado de forma tal que Pepe funciona como un protagonista que terminamos por amar y al que le deseamos lo mejor porque nos lo presentan fuera de esta concepción que se tiene de él en forma de meme; lo conocemos a través de los ojos de quien le dio la vida y lo entendemos como una extensión de su persona. Otros factores como la edición y la música original compuesta por Ari Boulizian y Ryan Hope le dan un toque muy personal a esta obra que se siente vintage y contemporánea a la vez. Pero lo que se lleva toda la atención son las increíbles animaciones y los gráficos que se van intercalando a lo largo de toda esta narrativa. Con colores, transiciones y un ritmo dinámico, este documental está lleno de vida y creatividad.

Me encantaron los temas que expone, los cuales tienen que ver con el descontrol y el poder que hay en las redes sociales, la viralidad en los medios, la corrupción y abuso del arte, y sobre todo la responsabilidad moral consecuente de una trascendencia no planeada. ¿Qué tan responsable es Furie de todo lo provocado?, ¿es siquiera responsable cuando él y su creación fueron meras víctimas de algo que estaba muy fuera de su alcance? Furie, como ya lo mencioné, es toda calma, pasión y amor, pero fue justamente por su pasividad ante la situación que no fue capaz de ponerle un fin a tiempo. La bola de nieve ya era demasiado grande cuando decidió ponerle un alto. Tuvo varias oportunidades desde el inicio de hacer demandas y proteger la imagen de Pepe, pero no lo hizo creyendo que siendo un fenómeno del internet, este no tendría futuro, lo cual fue una asunción muy equivocada que lo llevó a perder a su creación. 

Pepe resultó ser una sensación mediática y en el documental es estudiado por analistas, periodistas, profesores y otros investigadores. Y cómo no, si se trata de uno de los primeros iconos a los que se refirió con la palabra "meme", que de acuerdo a la Doctora Susan Blackmore, psicóloga y autora del libro "The meme machine", el término hace referencia al libro "El gen egoísta" de Richard Dawkins publicado en 1971. Mientras que el universo se rige por genes, el internet se rige por memes, donde la información continúa dándose por imitación y la que prevalece es porque ha ganado la guerra evolutiva de contenidos. Este proceso, según Blackmore, se vio ejemplificado claramente con Pepe. Yo aún me veo usándolo ocasionalmente en una de sus tantas versiones.

En cuanto a las redes sociales nos muestra como tal su evolución. En los 90's el internet era un nuevo territorio cuyo alcance era desconocido, pero pronto se admira la monstruosidad infinita en la que se convirtió en tan sólo unos cuantos años. Se ha vuelto un espacio tan complejo que ha terminado por salirse de control. Una vez que un pedazo de información es depositado en él, es vulnerable a la distorsión total y duplicación sin barreras. Los memes sufren estas transformaciones una y otra vez al ser adaptados a distintos contextos por diferentes grupos para generar una especie de identidad. En el documental se nos enseña esto cuando los usuarios anónimos de la página 4chan convirtieron a Pepe en la mascota del internet. Es precisamente en este sitio donde comienza la explotación de su imagen, siendo enfocada al odio y desprecio hacia otros sectores del internet e incluso a grupos de personas específicos fuera de este. Y aquí entra la corrupción del arte ya mencionada, pues los artistas enfrentan la manipulación de sus contenidos dentro de las redes. Muchas veces, aún teniendo derechos de autor sobre sus trabajos, sufren la problemática de ver cómo estos son literalmente despedazados y arrastrados a zonas inmunes en donde erradicar un problema es prácticamente imposible.

Pero no todo es tristeza. Lo más bello de este documental es precisamente su mensaje de esperanza. Aunque el daño estaba hecho, Furie busca la forma de darle un respiro a Pepe. Claro, seguirá siendo utilizado por estos grupos que incitan el odio y la supremacía, todos sabemos que nada puede eliminarse en definitiva del internet, pero al menos la perspectiva hacia esta amigable rana puede ir cambiando poco a poco si es apropiada por alguna otra causa que busque el bien, como llegó a ocurrir en agosto del 2019 cuando Pepe fue utilizado por protestantes de Hong Kong como un símbolo de democracia, paz y libertad, siendo esto un completo antónimo de lo que llegó a significar. Ahora su imagen inspira un cambio positivo. El internet evoluciona y los memes también. Quizás, con este dinamismo, podemos confiar al igual que Furie que Pepe sea rescatado en su totalidad porque si hay un lugar donde puede suceder lo inesperado, es en el internet. Después de este documental, verás a Pepe con otros ojos cuando te lo vuelvas a topar casualmente en tu feed en un día cualquiera, porque créeme, allí estará.

Calificación: 10

© 2020 Rebeca Labastida, México.
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